domingo, 29 de junio de 2008

Día de luto

Hoy me desperté con un mensaje de texto que decía lo siguiente:

De: Santi celular
"cumpas: me acaba de llamar carlos de sal, rio cuarto para contarme que pasó una tragedia. fallecieron los cumpas que estaban viajando por lo de los encuentros."

El MATE viene organizando hace seis años el Encuentro Nacional de Estudiantes de Comunicación (ENEC), junto con otras agrupaciones de distintas provincias. Entre todos formamos el colectivo organizador del ENEC. Los compañeros de la Universidad Nacional de Río Cuarto viene organizando, a su vez, los Encuentros Nacionales de Estudiantes de Ingeniería. Si mal no recuerdo, este año se hará el tercero.

Es por este y otros motivos que nosotros tenemos una cálida relación política con los compañeros de la regional independiente de Río Cuarto. Un grupo de ellos se encontraba viajando por el país, en pos de llevar el tema de los Encuentros Nacionales a todas las provincias que pudieran. Y anoche, en el camino, su auto chocó con un camión.

No sé los detalles.
Sólo sé que eran cuatro, y que dos de ellos murieron. No sé si los otros dos también, o si se salvaron.

Una de las fallecidas era la presidenta del Centro de Estudiantes de Ingeniería.
El otro era Juan, un compañero de Ciencia Política que hace unos meses vino a Buenos Aires, y compartió acá, en mi casa, con todos mis compañeros y compañeras, una preciosa noche de asado y guitarras.

Es simplemente terrible.
Terrible que tuvieran que morir. Terrible que jóvenes militantes mueran así en un accidente tan azaroso como es cualquier accidente de tránsito.

A Juan lo conocí muy poco. Ese asado y las tardes que pasamos juntos en el viaje a Rosario, en las que charlamos de compañero a compañera, son los únicos recuerdos que tengo de él.
A ella ni la conocía. Pero era una militante, joder: era la jodida presidenta del Centro de Estudiantes de Ingeniería. Y murió en un accidente ocasional; una mancha más en el legajo de los muertos de las rutas argentinas.

La muerte de un compañero desgarra el alma.
Nos hace putear, gritar, llorar en silencio. Es simplemente terrible.

Para aquellos quienes no militan cada día de sus vidas codo a codo con alguien, es difícil de explicar lo que genera esta pérdida. No es una pérdida cualquiera. Afortunadamente y a Dios (si es que existe) gracias, en mis casi 22 años de vida no he perdido a nadie de mis seres queridos. Sólo a mi abuelo, y era muy chiquita. Mis padres, mis hermanos, mis amigos: tengo la estrella de tenerlos a todos conmigo. De modo que no puedo comparar. No puedo decir cuál es la diferencia entre que se te muera un amigo y que se te muera un compañero. Pero lo intentaré.

Mis compañeros y compañeras son mis hermanos y hermanas en este viaje y esta lucha que es para toda la vida. Decidir militar no es una decisión fácil: es dedicar nuestra vida a algo, a pesar de todo. De todo. Saber que estamos allí para ellos y que ellos están para nosotros cueste lo que cueste. Porque juntos somos mucho más que individuos sueltos: somos un colectivo cohesionado, organizado y convencido que milita con pasión y alegría en cada minuto de nuestras vidas. Y nos tenemos mutuamente, porque juntos compartimos lo más lindo que hay en la vida: un proyecto. Un proyecto, un objetivo: la verdadera libertad y la justicia. Una patria grande donde no haya excluidos, ni gente que se cree que puede escalar a algún lado pisando la cabeza de los demás. Estamos convencidos, comprometidos, y juntos. Y nada nos va a parar. Porque somos más, y porque tenemos razón. Pero sobre todo, porque nos tenemos los unos a los otros.


Un compañero y una compañera han caído en los terribles ribetes del destino. Grande es nuestro luto y nuestra desazón. Pero de algo estamos seguros. Murieron militando. Dieron su vida por nuestra causa, por la causa de todos.

Por eso, con un listón negro recubriéndonos el corazón, es que sé que todos seguiremos luchando con la misma pasión de siempre y con la misma garra de siempre. Con la fuerza de la convicción y el amor que nos enseñó el Comandante. Es el mejor homenaje que podemos hacerles. Así ellos lo hubieran querido.

"Es preciso endurecerse,
pero sin perder la ternura
jamás."
Comandante Ernesto "Che" Guevara


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué puedo decir... En estos momentos siempre es difícil expresar algo que verdaderamente brinde un poco de racionalidad a algo tan irracional como es la muerte.
Es necesario pensar en ella en un caso como este? No creo. Porque creo que ellos le dieron un espacio más grande a la vida. Porque la vida se siente vida solo a través de la militancia. Porque es intentar darle un poco más de vida a los demás. Es intentar crear un espacio de oxígeno al compañero, al que no conocemos pero conocemos desde siempre. Y ellos se fueron en la suya. En la de los debates, en la de las ideas, en la del valor, en la de la solidaridad y la garra.
Tuve la oportunidad de conocerlos en Rosario nada más, y cada vez que los veía estaban en reuniones. Reuniones acá, planes allá, ideas y ganas por todos lados. Sin darle tregua a esta lucha. Esta lucha que trasciende las paredes que nos impone esta realidad que busca paralizarnos, adormecernos. Pero somos unos cuantos, como los pibes de Río Cuarto, los del Mate, los del CBC, los que no le damos tregua a esta lucha.
Por eso es que siempre los vamos a recordar, a ellos y todos los que se fueron en militancia. Por más que los hayamos visto una vez, dos, o cuantas sean. No importa, la lucha trasciende cualquier cosa.

Tytania dijo...

Nunca se esta preparado para la perdida de alguien, la muerte es algo que nos toma por sorpresa. Lamento lo de tus compañeros. Siendo jovenes y con la vida por delante, no es justo. La vida esta llena de cosas injustas.
Sé lo q es perder a un ser querido, me ha tocado despedir a mis abuelos (los maternos) y decir adios a una hermana antes de conocerla, pero q su imagen esta tan presente en mi vida como si hubieramos compartido miles de vivencias juntas.

Te dejo un saludo, te prometi pasar por aqui, siento no haberlo hecho antes.

Tytania